Consecuencias físicas y sociales

En la medida en que la dieta se hace más severa, si se excluyen alimentos considerados básicos para el normal funcionamiento del organismo, pueden darse situaciones más o menos graves tales como desnutrición, anemia, déficit múltiples de vitaminas y minerales, alto riesgo de infecciones, etcétera.

Y es que esa dieta saludable se puede transformar en una auténtica obsesión, lo que puede impedir que el cuerpo se beneficie de la nutrición básica, ya que el ortoréxico no sustituye los alimentos que rechaza por otros que puedan aportarle los complementos nutricionales que el organismo necesita.

En cuanto a las consecuencias sociales de la ortorexia, podemos destacar la pérdida de la sociabilidad por seguir una dieta estricta. Y es que estas personas rechazan cualquier comida que no sea la que ellos han preparado en su casa.

Esta actitud conlleva un distanciamiento de amigos y familiares, pues todo su mundo gira en torno a sus estrictas normas a cerca de la comida. Además, el ortoréxico sufre constantes cambios de carácter debido al aislamiento a que suele dar lugar este trastorno, y la persona adquiere un carácter irritable y amargo. Se crea, lo que podemos denominar, un círculo vicioso.